dimarts, 20 de març del 2012

Sierra de Guara y Valle de Tena


Ya hace dos semanas que hicimos una salida camperil que merece la pena recordar. Como estaba en medio del proceso de venta de mi querida Vito que tantas alegrías me/nos ha dado pues hicimos un poco de Tetris y conseguidos cuadrar los negocios con el placer….y placer con mayúsculas.

Sábado cogía Anna la Vito y yo la camper, y cual caravana circense, poníamos dirección a Tudela de Navarra, para cerrar la venta de la frago con Gorka, un vasco muy majo así como su familia. Solo deseo que les de tantas alegrías como a nosotros nos ha dado. Con los negocios cerrados empezamos la parte de placer del viajecillo.

Ponemos rumbo a Sierra de Guara para pasar un par de días por allí. Ahora ya con nuestra configuración habitual, es decir yo de piloto de la nave Globecar y Anna como capitana vamos a buscar un buen lugar donde montar el campamento gitano. Hasta que no dejamos la N-240 no nos sentimos realmente a gusto, pero al dejar la carretera general e ir a buscar las carrteras secundarias y pueblecitos de la Sierra de Guara el reloj marca las horas más lento y todo va a otro ritmo….con la calma. En Castilsabás justo antes de entrar en el Parque Natural de la Sierra de Guara decidimos dormir. Lugar tranquilo, sin luces artificiales, solo olivos y naturaleza…pues adjudicado, aquí nos quedamos a vivir la vida.



Al dia siguiente con el tiempo amenazador decidimos hacer una ruta asequible, para en caso de lluvia tener opciones de no pillar demasiado. La ruta, circular, salía de los alrededores del refugio de Vadiello y pasaba por la ermita de San Chinés pero allí ya nos empezó a llover y decidimos no meternos por el lecho del barranco y volver por donde habíamos venido. Los paisajes fueron muy bonitos, cañones angostos y con figuras caprichosas y volver a sentir el olor de tierra húmeda fue sensacional. Al llegar a la camper fuimos a ver el embalse de Vadiello y vimos que era un lugar bonito con infinitas posibilidades para volver con bici a pie o a nado. Rincón para perderse. Después de una buena comida y una siesta mejor pusimos rumbo a Alquezar.Carreteras tranquilas para disfrutar del paisaje y olvidarse de la velocidad.




 Era domingo tarde y cuando nosotros llegamos a Alquezar la gente comenzaba a marchar….genial, todo para nosotros. Vuelta por el pueblo con la puesta de sol y disfrutando de un pueblo precioso, bien conservado y bien restaurado. Cenar con vistas del castillo iluminado no tiene precio.




Al día siguiente ruta a pie por la zona. Pasamos por el puente de Villacantal, el pueblo de Asque, puente de Fuentebaños y al llegar a Alquezar hicimos la senda de las pasarelas. Ruta preciosa mezcla de barrancos, cultivos de olivos y almendros en flor, paredes de roca modeladas por el agua y mil aves en el cielo guiando nuestro camino. Allí vimos los primeros alimoches del año y por no llevar prismáticos no pudimos asegurar que viésemos la migración de las grullas, pero la formación en V, lo grandes que eran los bichos y los gritos nos hacen pensar que vimos grullas en plena migración.




Después de comer nos fuimos al camping de Alquezar y pasamos allí la noche. Del camping poco que decir pues estaba en temporada menos que baja, ya que todo estaba medio cerrado, pero para nosotros fue perfecto ….un camping enterito para nosotros.




Al día siguiente y con unas previsiones inciertas sobre si nevaría o no en el valle de Tena pusimos rumbo a las montañas más altas. Hicimos una visita al Parque faunístico de los Pirineos Lacuniacha, me gusto y eso que soy contrario a tener los bichos en cautividad por más que sea en recintos grandes y en hábitats similares al natural. Tapados con toda la ropa que teníamos, y es que hacia un viento helado, vimos todo tipo de ungulados, lobos, linces y bisones. El resumen es que vale la pena la visita por ver un lince tomar el sol, o ver unos padres lamiendo a sus crías de lince sin importarles nuestra presencia, o ver como los lobos siempre impedían que los pudiésemos ver directamente y siempre tenían un matorral o árbol que los protegía, o ver como los bisontes todo y pesar cientos de kilos son gráciles y veloces.





A comer fuimos a Panticosa donde probamos las migas y quedamos encantados, el vino también nos encanto y el paseo posterior no impido que la siesta de después fuese épica.

Ahora viene la parte no camperil del viaje y es que Anna por navidad me regalo un estancia en el Hotel Continental de los Baños de Panticosa. Que puedo decir, pasar de la camper a una habitación de cuatro estrellas no admite comparación….creo que me quedo con las dos porque cada cosa tiene su parte que me encanta.


Al día siguiente y después de desayunar-comer-merendar-cenar ….ya se sabe buffet libre por la mañana y el Santi pierde el conocimiento. Para hacer bajar un poco el festín, rutilla en búsqueda de la nieve. Pudimos subir hasta el Ibón de Bachimala a 2200m y con unas Asics Trabucco y sin mojarnos los pies…..no hay nieve en el Pirineo, esperemos que la primavera sea tremendamente mojada porque sino las pasaremos canutas.


Por la tarde SPA, y lo pongo en mayúsculas porque fue relajante y divertido. Un regalo para los sentidos y el alma.

Foto extraida de la web... habia un poquito más de nieve


Bueno, menos que más, esto ha sido nuestra salida mañica pre y pirenaica. Un gran país que no me canso de conocer y disfrutar.